Lipset y Rokkan en el presente texto mediante un análisis que parte del estructural funcionalismo del esquema parsoniano, tratan de vincularnos con la movilidad de la sociedad ante el Estado y el fenómeno electoral.
Como ya hemos mencionado, ambos autores parten del esquema de análisis de Talcott Parsons sobre los intercambios sociales. Inicialmente, ellos buscan centrar su estudio en uno de los cuadrantes de los presentados en el esquema parsoniano; este cuadrante en cuestión es el destinado al “Subsistema Integrador”[1]. En este otro cuadro, le dan dos dimensiones a este subsistema: dimensión territorial[2] y dimensión funcional[3]. Precisan que este modelo bidimensional sirve para lograr una mayor identificación de divisiones y alianzas de partidos dentro del análisis comparado.
Ya en un segundo alcance, los autores, nos presentan un tercer cuadro que utilizarán con mayor rigor dentro del texto, es un cuadro de cuatro divisiones, que ellos llaman críticas, dentro del paradigma parsoniano. Para esto distinguen cuatro líneas de división críticas: La revolución nacional (cultura sometida ante cultura dominante), el conflicto entre Estado-nación con Iglesia, la revolución industrial (economía primaria frente a economía secundaria) y el conflicto entre propietarios y patronos ante trabajadores. Con este esquema podemos intentar estudiar los cambios estructurales en las diferentes sociedades. Sin embargo, el esquema presentado, tiene mayor efectividad dentro de sociedades europeas y se ve en conflicto ante realidades como la nuestra. Dónde, en este último caso, nos veríamos obligados a analizarlo desde dos puntos, mínimamente, antes que priorizar sólo uno (debido a que puede darse una explicación poco suficiente).
Continuando con el texto de Lipset y Rokkan, luego de presentarnos los esquemas que utilizan para analizar transformaciones estructurales, pasan a exponer cómo se dan las transformaciones estructurales de división en los sistemas de partidos políticos. Dentro del comportamiento de los partidos, destacan que no sólo se trata de relaciones de oposición, sino de relaciones estratégicas (relaciones de alianzas o divisiones). Además deben de conocer e informarse sobre las tradiciones de toma de decisiones del Estado en cuestión; conocer los canales para la expresión y la movilización de la protesta.; informarse sobre las oportunidades, los resultados y los costos de las alianzas; conocer las posibilidades, las consecuencias y las limitaciones del gobierno de la mayoría.
Además enfatizan que para hacer un buen estudio comparado se debe partir del análisis de cuatro puntos fundamentales que los autores les dan nombre de “umbrales” (que luego se vuelven variables analíticas: Legitimación; Incorporación; Representación y Poder de la mayoría.
Finalmente, llevan estos elementos a casos sucedidos en la Historia, y cómo los resultados pueden variar según las reglas de juego (mayoría simple, los sistemas de votación de segunda vuelta, etc.).
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