miércoles, 19 de julio de 2017

Del "mansplaining" y otros demonios diarios

 Juan Dabdoub Giacoman tapándole la boca a una mujer que lo cuestionaba durante una trasmisión en vivo. México. 

"Te tapo la boca, hablo encima de ti o simplemente te pongo en segundo plano porque me pareces un mamífero exótico que aprendió a hablar como los hombres", eso parece que pensaran los  sujetos que menos precian lo que una mujer (o cualquier otra persona) tiene que decir. Puede ser por su género -que es lo usual- o por su clase social. Siempre pasa, así pasen los siglos y la humanidad se desarrolle tecnológicamente, no dejan de haber este tipo de individuos sobre el planeta.

No sé si nacen así o se hacen así, pero lo que sí sé es que son producto de un "dejar hacer y dejar pasar" de sus madres. Una educación que no debe repetirse y que tenemos que darnos el trabajo de cambiar.

Las mamás y papás de ahora tienen esa tarea: erradicar al cerdo machista del futuro. Pues el machismo no solo es un veneno que ataca a las mujeres, sino a toda la sociedad. Se trata de un sujeto que normaliza el hecho de pisotear a otro " porque se lo merece".

Y no, nadie tiene ese derecho o privilegio por sobre los otros. De hecho, no debería ser catalogado como un privilegio, sino como el preámbulo de un crimen. Bueno, exagero. Pero se trata de un aspecto negativo de la vida que podríamos dejar de reforzar con el mensaje equivocado.

Esto es lo que los estadounidenses llaman "mansplaining" y que los hispanohablantes aún no bautizamos. Se trata de una conversación de dos, donde uno de los interlocutores es percibido como inferior por el otro. Por tanto  es tratado de forma paternalista, con todos los atributos del paternalismo donde se incluye  el viejo concepto de "shhh, cuando los adultos hablan los menores se callan".

En redes sociales se ha viralizado la foto de Juan Dabdoub Giacoman, presidente del Consejo Mexicano de la Familia, tapándole la boca a una mujer. El pecado de ella: cuestionarlo. La desesperación de este señor lo llevó a callarla como si tuviera autoridad para eso, como si mereciera no ser cuestionado. Obviamente es una falta de respeto. Pero eso pasa siempre, sin mano de por medio. A veces lo hacen con una mano invisible, gestos o simplemente pasando por encima del interlocutor como si no existiera.

¿Cómo queremos hacer una sociedad igualitaria?, ¿cómo hablar de democracia? Cuando todo esto sucede a diario y lo dejamos pasar porque "así es". Creo que parte de ser adultos responsables es señalar y decir cuando algo está mal, ser críticos y no criticones.